jueves, 9 de septiembre de 2010



Me hallarás en tu voz y en tu mirada,
me hallarás en la sombra de tus pasos,
en la caricia musical del aire,
en el sonido fiel de la campana.

En los fulgores de la luz que llega
y despierta el color en el paisaje.
En el perfume que la tierra invade
cuando viene creciendo la mañana.

Mira a tu alrededor. Mira los árboles
y la lluvia en las hojas, mira el agua.
Oye venir mi voz por el camino
que se tiende a la tarde como un brazo.

Estaré allí, perdida entre tu mano,
forma de amor sin tiempo ni distancia.
Me llevarás en ti calladamente,
sin nombre ya, ni olvido, ni esperanza.

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Tú sabes que te quiero a ti, Y tú sabes que te necesito, una novela mala.