Los secretos del corazón humano son a veces tan profundos que no se pueden penetrar fácilmente; por esta razón, los mejores momentos de un amor son aquellos en que te asalta una serena y dulce melancolía; cuando lloras y no sabes por qué; cuando reposadamente te resignas ante una desventura sin saber cuál es; cuando gozas con una nadería y sonríes con menos todavía...
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